Y, una generación de testigos

Una generación inconforme, intrépida y multifacética que creció mientras sus padres trabajaban arduamente, y soñando con ser personajes de comics y videojuegos. Amantes de la libertad y defensores de causas ecológicas y humanas, usualmente melómanos y viajeros, pero siempre adeptos a las telecomunicaciones. Señoras y señores, quiéranlo o no, hemos marcado decisivamente el rumbo de la humanidad…

Me pregunto qué haría sin mi portátil, qué sería de mí sin Internet… hace poco se dañó la batería de mi celular y ese día tuve variosproblemas en el trabajo, aparte de que sentía que me faltaba algo vital. Una vez comprada la nueva batería y solucionados los conflictos causados por mi falta de teléfono, me pensé sin acceso a la tecnología, lo cual se me antojo absurdo al principio, y provocativo a la larga.

Si le sonó baladí el asunto, es por que no ha vivido una situación similar o seguramente no pertenece a la generación Y, somos conocidos también como “Igeneration”, aunque si hemos de sincerarnos, no nos gusta que nos definan, pero comprendemos perfectamente que para algo sirven las clasificaciones, lo cierto es que no toleramos las imposiciones de viejas escuelas y nos gusta que el mundo sea plural e inclusivo.

Antes de abordar lo generacional, abordemos la “Y”, imaginarios múltiples rodean esta letra: se sabe que es la penúltima del alfabeto y que simboliza al género masculino en cuestiones genéticas, es también conocida como la “i” griega, además de ser el conector imprescindible de nuestra gramática. Somos entonces, un eslabón que finaliza la cadena, por que el último casi siempre está enlazado con el primero; tenemos profundas y verdes raíces, indudablemente por que nos duele la indiferencia con la que muchos de nuestros antepasados pasaron por el planeta, sin agradecimientos y sin considerar que era la misma tierra en la que iban a crecer sus hijos y nietos.

Crecimos con Mario Bros y Michael Jackson, y no nos interesan las fronteras, por que nuestra realidad está marcada por tecnologías que nos conectan fácilmente con nuestros seres queridos, no importando lo lejos que se encuentren materialmente de nosotros. Por definición, la generación Y apela a personas que nacieron entre 1982 y1992.

Cuando pienso en las grandes propuestas publicitarias y comunicacionales creadas por personas de mi generación llego a la conclusión de que nuestro imaginario está profundamente influenciado por la transición tecnológica que nos tocó abordar: jugamos con todo tipo de consolas, desde atari hata Wii, nos hartamos de los malos paquetes de televisión y desinformación, algunos nos decantamos por el cine y casi todos hemos probado cada versión de Windows.

Como para nosotros el mundo es más que un círculo lleno de lugares remotos, no tenemos problema alguno con viajar con equipajes ligeros y darnos a la aventura, pero no exageraré con lo de la libertad y nobleza de nuestros principios: tengo muchos conocidos que aún se escandalizan con el matrimonio gay y con las personas que no pertenecemos a alguna religión establecida. Se dice de nosotros que estamos acostumbrados a familias no tradicionales y que creamos las tribus urbanas, presunciones casi falsas ya que el concepto de lo tradicional tiene variaciones culturales y generacionales extremas y una tribu, por esencia y decoro, no debería estar relacionado con el concepto urbano. Lo que sí es cierto es que cada vez más, nos agrupamos por tendencias y gustos, dejando de lado nacionalidades, estratos sociales o económicos.

Creo que muchos de los aportes que hemos hecho al mundo, han sido involuntarios; manifestaciones un poco más sinceras y humanas, que dan cuenta de nuestras verdaderas aptitudes, creencias y sueños. La importancia que otras generaciones le dieron a la apariencia y la política, nosotros la estamos volcando entre otros, a la ecología, la tecnología y el bienestar de nuestra especie, no de un grupo en particular.

Hemos presenciado a distancia eventos catastróficos, nos hemos manifestado inconformes con los abusos políticos de algunos países, cada día algunos de nosotros trabajamos arduamente para que caigan las máscaras que aún nos ciegan, por que cargamos la tristeza de haber nacido en una época en la que las únicas soluciones efectivas son las extremas. Tenemos el privilegio de ser testigos de realidades remotas, para contarle a nuestros hijos que la historia es inalterable, constituye un gran aprendizaje y ha sido lo que hemos querido hacer de ella.

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