El sentido de la esencia

Por. Natalia Piedrahita Tamayo

Para. Host Magazine

Los olores nos sorprenden más que las formas, los lugares y las personas. Las fragancias nos devuelven a épocas que marcaron nuestra vida, y evocan experiencias especiales o pasajeras. La ciencia señala el olfato como sentido por el que nos enamoramos, y se dice que nos sentimos más seguros en ambientes con aromas agradables. La nariz es la ventana a un mundo complejo y subjetivo, que nos define y nos orienta.
Hay olores dulces, cítricos, florales, ácidos, secos; pero la apreciación cambiaría de persona a persona. En cuestión de perfumes, lo que le gusta a uno, desagrada a otro, afortunadamente existen tantas mezclas olfativas y fragancias como colores.
El cerebro humano puede reconocer y memorizar hasta 10.000 olores, las investigaciones de John Kauer, neurocientífico del Centro Médico de Nueva Inglaterra en Boston, en Massachusetts, han arrojado que cada neurona olfatoria sólo sobrevive 60 días y es reemplazada inmediatamente por una nueva. Para animales como los insectos, es un sentido básico sin el que no podrían movilizarse, ni alimentarse.

En literatura, la obra “El Perfume” de Patrick Suskind, es uno de los acercamientos más profundos al tema. Es la historia de un genio del olfato, que camina por el mundo con los ojos cerrados y guiado por los olores que pasan por su nariz, habla de la búsqueda de un olor perfecto, que saca al humano de su condición diaria y lo hace enloquecer, y también del amor como sentimiento que nace por fragancias.
Después de pasar por las fosas nasales, el olor llega a la zona límbica del cerebro, al tálamo e hipotálamo, que están directamente implicadas en los procesos emocionales y temperamentales de cada persona. Pocos se preguntan cómo sería perder el olfato, lo que incluso, puede atrofiar el sentido del gusto, ya que el reconocimiento de alimentos y bebidas está estrechamente ligado con la nariz. 
Los perfumes son, sin duda, la creación más mística de la industria. Algunas religiones y sectas de la antigüedad creían que a través de inciensos y saumerios se podía expulsar la tristeza del alma. En la cultura romana, se ensalzaba a los aromas como parte de los tesoros que llevaban los reyes magos para el hijo de Dios, y en la griega, se relacionaron con la salud y el buen comer.
Cuando una persona huele bien genera una buena impresión. Un organismo enfermo, una fruta podrida, un espacio contaminado son asociados a los malos olores, así pues, la salud está estrechamente ligada con lo olfativo. Muchos spas y centros médicos, ambientan y preparan las intervenciones por medio de esencias, que les permiten jugar con la emotividad y sensibilidad de cada paciente.
El olor de las pomas, el de la tierra mojada, el de las calles después de la lluvia, el del vino tinto, el de la verbena, el olor del Jazmín de Noche, el de la madera, el del agua de rosas, el de los bebés, el del cabello de su prometida…mientras lee estas líneas, alguno de ellos se le antojará, o lo devolverá a situaciones placenteras. 
Por eso es importante conocer sobre los olores que nos agradan y los beneficios que traen, para que podamos elegir entre un jardín de delicias aromáticas que se presentan en forma de esencias, cremas, pastas, jabones, bronceadores y geles. HOST le presenta algunas opciones:

De aromas y fragancias
De la mano de MELANGE, empresa antioqueña que crea fragancias y almíbares hidratantes inspirados en las sugestivas texturas de productos gourmet, les traemos varias propuestas. 

Coco y vainilla
Por su gran riqueza de ácido mirístico y laúrico, el coco posee grandes propiedades para el cuidado del PH de la piel y la salud, además es de uso frecuente en la elaboración de productos para cosmética natural. Su aroma seco y discreto, evoca los paraísos naturales caribeños. Esta mezcla con vainilla, se convierte en el aroma perfecto para la mujer viajera, multifacética y que ama la libertad.

Verbena

Pertenece a la gama de los olores cítricos, nos transporta hasta los bosques, ya que es similar a la fragancia de la madera, también está relacionada con destinos lluviosos y tierras invernales. Se cree que ejerce un efecto estimulante y acelera los procesos cognitivos, además está relacionada con la mística y los hechizos. En algunas regiones europeas, es utilizada como aroma energizante; la mitología nórdica cuenta cómo los Druidas recurrían a ella para predecir el futuro y en la tradición cristiana se asegura que ella fue usada para cerrar las heridas de Cristo. Para la mujer intelectual y enigmática, que ama la exploración y el misterio.

Frutos Rojos
Esta es una fragancia para personas audaces y muy expresivas, está asociada con la sensualidad, el éxito y la vida urbana. Su provocación radica en la combinación de deliciosas frutas como manzanas, cerezas, fresas y uvas, que juntas forman el elixir perfecto para acaparar la atención en cualquier lugar en el que te encuentres.
Es sinónimo de juventud y viveza, ya que la alta cantidad de vitamina C de sus componentes le brinda frescura a quienes la utilizan, se ha utilizado como exfoliante y desinfectante natural del cuerpo. El vino también está relacionado con este tipo de olores, por su alto contenido de grosellas y uvas.

Toronja
El mayor cítrico tropical, numerosas investigaciones señalan que es un cruce natural entre el naranjo dulce y el pummelo producido en Barbados, en las Indias Occidentales. Es una fruta rica en pectina, con propiedades digestivas y cardiovasculares, gracias a su fibra. Es utilizado para el cuidado de las pieles mixtas y su fragancia está relacionada con los recuerdos y las nostalgias, sin que ello signifique que trae tristezas. Contrario a eso, estimula el sentido del gusto y provoca buen apetito.

Bambú

Para momentos de meditación y reflexión, es clave esta fragancia, que también muchos adoran llevar en su cuerpo. Nos remite a la intimidad del hogar, a la paz que ofrece estar en una cabaña inmerso en medio de los campos. Quienes la utilicen sentirán mayor serenidad y armonía, ya que es la planta zen, por excelencia. Debido a su solidez y rápido crecimiento es una referencia de espiritualidad, muy utilizada en rituales de los países orientales. Hay cerca de 500 familias de bambú en el mundo y se utilizan para edificar fortalezas o para ambientar lugares de adoración.

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