Candelaria al fresco en Ambalema


Por: Natalia Piedrahita Tamayo

Candelaria al fresco en Ambalema (1992) es una escultura de la artista plástica Martha Lucía Villafañe. En su anatomía se asoman el hierro, el cemento vaciado y policromado y un montón de historias que atestigua silenciosa, mientras el tiempo pasa y el clima cambia.

Esta carta a esa voluptuosa matrona que recibe a los visitantes del Museo Universitario -MUUA-, fue publicada en la edición #198 dela Agenda Cultural Alma Máter, junto con otras misivas.

¡Ay Candelaria, qué calor hace aunque sea octubre! Los días se están volviendo soles, pequeñas hogueras.

Te miro y pienso en el mar, en un viento lleno de sal y arena, en faunas exóticas y pueblos reales con nombres de ensueño. Yo no tengo certeza sobre tu natalicio, no sé si vienes de Mompox o de Margento, de la ciénaga o del mangle; pero tienes la magia de las tierras cercanas al mar, condensadas en tu figura ondulada y en tus cabellos que destilan trópicos. Te sentaste en la silla a mirar la fuente de esta enorme casa y te volcaron a lo sublime. Candelaria, testigo de lo que pasa a la entrada del Museo, de los amores que se sientan en el borde de la fuente…

Presiento que no extrañas el mar, porque albergas océanos insospechados dentro de tus curvas suntuosas. Estás llena de agua, Candelaria, inflada por sucesos líquidos que ves y te tragas. Lo que callas, expectante, desde tu silla, mientras el tiempo te embellece cambiando tus colores.


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